Poco más de una semana después de su hundimiento en las elecciones europeas del 9 de junio, Sumar anunció la convocatoria de una mesa de partidos para definir el futuro de la coalición, necesitada de un revulsivo. Días después, fuentes de Movimiento Sumar (el pequeño partido que lidera Yolanda Díaz dentro de la alianza) aseguraban que la idea era celebrar esta cumbre antes de terminar junio, es decir, la semana pasada. No obstante, las tensiones entre IU, Más Madrid, Catalunya en Comú y el propio Movimiento Sumar obligaron a retrasar la reunión hasta esta semana. Y, este lunes, el portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, confirmó que el plan se cae: no habrá mesa de los partidos que componen Sumar, al menos de momento.
Esa decisión es trascendental para Sumar. Fue la propia dirección de Movimiento Sumar, que ha relevado a Yolanda Díaz al frente de la formación —aunque, de facto, ella sigue teniendo el mando—, la que señaló hace semanas que esta mesa debía servir para compartir los "balances" de todos los partidos que componen Sumar sobre el precario estado de la alianza. Esa dirección también confirmó que en la reunión estaba previsto poner en práctica la intención de Díaz de ceder poder interno a IU, Más Madrid y Catalunya en Comú, muy enfadados con ella —sobre todo los dos primeros— por haber intentado subsumirlos retirándoles toda capacidad de tomar decisiones en Sumar.
No obstante, la falta de entendimiento entre los partidos ha provocado que esa cumbre, cuya intención inicial era definir un nuevo rumbo para Sumar, se haya aplazado sine die. Las grietas, no obstante, eran visibles desde hacía días. Tan solo IU había confirmado que enviaría al encuentro a su coordinador federal, Antonio Maíllo, pese a que la dirección de Movimiento Sumar había pedido que acudieran los "primeros espadas" al encuentro. Además, Compromís, Chunta Aragonesista y Més per Mallorca habían declinado formar parte de la reunión. Y Más Madrid, visto el panorama, había dado marcha atrás a su intención inicial de ser representada por su líder, Mónica García, y se planteaba enviar a un dirigente de segunda línea.
Fuentes de Más Madrid explican que su paso atrás con respecto a la idea inicial de que fuera García la que acudiera a la mesa de partidos tiene que ver con que Sumar ha dado un bombo excesivo, a su juicio, a una reunión que era solo una primera toma de contacto y que, para Más Madrid, debería funcionar más silenciosamente. "Nosotros queremos que esto funcione", y para ello es necesario que no haya demasiada atención mediática puesta en las reuniones, sostiene un dirigente de Más Madrid, que asegura que solo con encuentros discretos y en los que no participen los líderes de los partidos se podrán discutir las causas de la debacle de Sumar y la reorientación que necesita el proyecto.
Otras fuentes, en este caso de formaciones que ya habían anunciado que no iban a acudir a la reunión (Compromís, Chunta y Més), señalan, sin embargo, otro elemento que genera recelos en algunos aliados de Díaz: el papel que pueda jugar a partir de ahora IU dentro de Sumar, como único partido con implantación nacional. Un dirigente de una de estas formaciones autonómicas señalaba la semana pasada que, en su organización, existía el temor de que IU intente hacerse con la batuta del espacio a la izquierda del PSOE aprovechando la debilidad de Díaz. Más Madrid asegura no compartir ese miedo, si bien ambas formaciones han tenido sus más y sus menos en los últimos meses porque los de García han buscado desde el principio que Sumar les reconociera como su único referente en la Comunidad de Madrid.
Para redondear esta tormenta perfecta, Catalunya en Comú —el socio que menos problemas le ha dado a Díaz desde que montó Sumar— ha anunciado la convocatoria de un congreso extraordinario para el otoño. Y algunas voces del espacio a la izquierda del PSOE alertan de que existe en la organización un sector que considera que los comuns se han atado demasiado a la vicepresidenta y que su pérdida de influencia les ha perjudicado. Internamente, la cercanía de la formación a Díaz ha redundado en un ascenso de los perfiles vinculados a la antigua ICV, como el del propio Ernest Urtasun. Pero, mientras eso ocurría, la vicepresidenta se ha alejado de la líder de los comuns, Ada Colau, y de otros perfiles más próximos a ella.
Pese a lo peliagudo de la situación, el propio Urtasun quiso este lunes quitar importancia a la decisión de no celebrar por el momento la mesa de partidos. "Los contactos ya se están produciendo a todos los niveles, este es un proceso que vamos a hacer de forma tranquila, pausada y rigurosa, y no vamos a correr", señaló el portavoz de Sumar, pese a que han pasado ya tres semanas de los comicios europeos en los cuales la coalición sufrió su tercer batacazo electoral consecutivo. "Los contactos y reuniones se están produciendo y cuando haya algo que comunicar se hará, no tenemos que hacer esto deprisa y corriendo", insistió Urtasun.
También dio un paso atrás la portavoz de IU, Amanda Meyer, que este lunes aseguró que ahora mismo "no viene al caso pensar en fotos, ni en el espectáculo ni en la escenificación", pese a que su partido había confirmado públicamente su intención de estar representado por su líder en Maíllo a la reunión. "No es momento de escenificar, es momento de trabajar y cuando haya que escenificar, pues se escenificará", insistió Meyer, que sin embargo insistió en que debe haber cambios dentro de Sumar para que "las decisiones, ahora sí", se tomen "de manera democrática y compartida" y aseguró que ese cambio "no va a ser fruto de una reunión solamente".
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